Ahí yace –muerto.
Sus manos no alcanzan el cielo y
Sus raíces no alcanzan
El fuego de la tierra.
Lo tomo con mis manos
para quemarlo
Lo alzo
Lo tomo de nuevo y muchas veces más.
Con mis manos
lo lleno de ternura
al fin
Lo bautizo con fuego.
¡Ahora vive él!
¡Ahora él es!
Ahora es arte.
Ahora es más que un árbol.
¡Ahora él es todos los árboles!
A través de sus venas no corre savia
corre leche
Amaru Cholango: poética y política
Jaume Reus
Del tiempo. El silencio