6.10.2012

FAUSTO:
Detente, ¡eres tan bello! La huella de mi existencia no puede quedar envuelta en la nada. Basta el presentimiento de aquella felicidad sublime para hacerme gozar mi hora inexpresable.
MEFISTÓFELES:

 ¡Acabó! ¡Estúpida palabra! ¿Por qué acabó? ¿No equivale eso a decir que se redujo a nada? ¿Qué significa la eterna creación si todo lo creado ha de desaparecer para siempre? El mundo, al dejar de existir, será como si no hubiera existido y, sin embargo, le vemos agitarse sin cesar como si realmente fuera algo. En verdad, prefiero mi eterno vacío.

Goethe

FAUSTO. Acto quinto de la SEGUNDA PARTE



Fuente:
biblioteca virtual