Atahuallpa huanul | Prisión y muerte de Atahuallpa |
Rucu cuscunga jatun pacaypi, huañuy huacayhuan huacacurcami; urpi huahuapas janag yurapi laquillaquilla huacacurcami. Puya puyulla uiracochami, curita nishpa jundarircami. Inca yayata japicuchispa, siripayashpa huañuchircami. Puma shunguh attug maquihuan, llamata shina tucuchircami. Runtuc urmashpa, illapantashpa, inti yaicushpa tatayarcami. Amantacuna mancharicushpa, causac runahuan pambarircami. ¡Imashinata mana llaquisha ñuca llactapi shucta ricushpa! Turicunalla, tandanacushun, yahuarpambapi huacanacushun. Inca yayalla, janag pachapi ñuca llaquita ricunguiyari. ¡Caita yuyashpa mana huañuni! ¡Shungu llucshispa causaricuni! | En el grande huabo el cárabo viejo con llanto de sangre lamentando está; y arriba en otro árbol la tórtola tierna, con pesar intenso sus gemidos da. Como niebla espesa vinieron los blancos, y de oro sedientos llenáronse aquí. Al padre Inca luego duros apresaron, tendiéronle en tierra, le hicieron morir. Con fieras entrañas, con garras de lobo, ¡ay, le destrozaron como a un recental! Granizo caía, el rayo brillaba y, oculto el sol, era todo oscuridad. Los sabios, temblando de pavor, como otros varones se hicieron vivos sepultar. ¡Cómo no abrumado he de estar de pena, viendo que mi patria de un extraño es ya! Juntémonos todos, hermanos, y vamos la tierra sangrienta de llanto a regar. Desde el alto cielo, ¡Inca, padre amado!, nuestra amarga pena dígnate mirar. Viendo tantos males, ¿no me he de morir? Corazón no tengo, ¿y aún puedo vivir? |
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