2.16.2012

El costo de la meiosis

El gran biólogo evolucionista Francois Jacob dijo alguna vez bromeando que el sueño de cada célula es convertirse en dos células. Cada vez que ocurre esta fisión, una copia completa del genoma de la célula es reproducida en sus descendientes. En otras palabras, el padre se clona a sí mismo; el organismo resultante comparte el ciento por ciento de sus genes. Si usted pudiera hacer copias genéticas perfectas de sí mismo, ¿para qué pasar por el gasto de reproducirse sexualmente, lo que involucra no sólo encontrar pareja sino también -y esto es mucho más importante- pasar únicamente la mitad de sus genes a sus descendientes?...


...el sexo (al menos en los vertebrados como nosotros) cubre sus propios costos haciendo que nuestra descendencia sea relativamente inescrutable para los parásitos con que la dotamos desde su nacimiento. Los parásitos tienen un tiempo de vida relativamente corto comparado con el de sus anfitriones, y típicamente se reproducen muchas veces durante el tiempo de vida de su anfitrión. Los mamíferos, por ejemplo, son anfitriones de billones de parásitos. (Así es, ahora mismo, sin importar cuan saludables o limpios estemos: hay billones de parásitos de miles de especies distintas habitando nuestros intestinos, nuestra sangre, nuestra piel, nuestro pelo, nuestra boca, y cada una de las demás partes de nuestro cuerpo. Desde el mismo día en que nacieron, han ido evolucionando rápidamente para sobrevivir a la violenta arremetida de nuestras defensas.) Antes de que la hembra pueda madurar hasta alcanzar la edad reproductiva, sus parásitos evolucionan para acomodársele mejor que un par de guantes. (Entretanto, su sistema inmunitario evoluciona para combatirlos, y si ella está sana, la continua carrera armamentística entre ambos bandos seguirá empatada.) Si la hembra da a luz a un clon, sus parásitos brincarán a él y se sentirán desde el principio como si estuvieran en casa. Se habrían optimizado ya para su nuevo entorno. Si en lugar de ello la hembra utiliza la reproducción sexual para dotar a sus descendientes con un conjunto mixto de genes (la mitad de los cuales son de su pareja), muchos de esos genes -o, más precisamente, sus productos, los que estarían presentes en las defensas internas de las crías- serían enigmáticos o extraños a los parásitos invasores. En lugar de decir "hogar, dulce hogar", los parásitos se encontrarían en térra incógnita. Esto les brinda a las crías una gran ventaja en la carrera armamentística.

Fuente:

Romper El Hechizo
Dennett Daniel

Pgs. 91-92