Un guerrero de la luz tiene las cualidades de una roca. Cuando está en terreno plano —todo en su entorno encontró la armonía—, él se mantiene estable. Las personas pueden construir sus casas sobre lo que fue creado, porque la tempestad no lo destruirá. Cuando, en cambio, le colocan en terreno inclinado —y las cosas que lo rodean no demuestran equilibrio o respeto—, él revela su fuerza; rueda en dirección al enemigo y amenaza la paz. En estos momentos, el guerrero es devastador, y nadie consigue detenerlo. Un guerrero de la luz piensa en la guerra y en la paz al mismo tiempo, y sabe actuar de acuerdo con las circunstancias.